24/12/09

2 comentarios

Cuando "el Gris" gana terreno

En esta sociedad que nos autoimponemos el puritanismo, que los curas tomen la calle, que todo es políticamente correcto.

Cuando el dedo acusador cada vez es más grande y hablamos con la boca pequeña.
Parece mentira tantos años de luchar centimetro a centimetro por nuestros derechos y de un tiempo para aca los vamos perdiendo a pasos agigantados y los vemos pasar con los brazos cruzados.

Yo reivindico los colores, la pequeña gamberrada, decir lo que se piensa, la diversidad de opiniones, de razas, de sabores.

Quienes son esos curas, esos viejos caducos cada vez más rancios, esos políticos apolillados, esos ricachones con las panzas gordas para decirme a mi que ver, que oir, o sobre todo, que pensar.

Por qué está mal visto, la cultura, el cine, la buena música, o los libros que se salen un poco de lo comercial, de lo estandarizado.

Pues nada aquí está mi pequeño manifiesto de desobediencia, y aunque tenga que nadar contracorriente, no me importa, voy a ser yo mismo y me defenderé del gris.

Os dejo una letra de Serrat "Cada loco con su tema", que explica mejor que yo estas sensaciones y que sirvió en su tiempo para despertar conciencias.


Cada loco con su tema,
contra gustos no hay disputas:
artefactos, bestias, hombres y mujeres,
cada uno es como es,
cada quién es cada cual
y baja las escaleras como quiere.

Pero, puestos a escoger, soy partidario
de las voces de la calle
más que del diccionario,
me privan más los barrios
que el centro de la ciudad
y los artesanos más que la factoría,
la razón que la fuerza,
el instinto que la urbanidad
y un sioux más que el Séptimo de Caballería.

Prefiero los caminos a las fronteras
y una mariposa al Rockefeller Center
y el farero de Capdepera
al vigía de Occidente.

Prefiero querer a poder,
palpar a pisar,
ganar a perder,
besar a reñir,
bailar a desfilar
y disfrutar a medir.

Prefiero volar a correr,
hacer a pensar,
amar a querer,
tomar a pedir.
Antes que nada soy
partidario de vivir.

Cada loco con su tema,
que contra gustos no hay ni puede haber disputas:
artefactos, bestias, hombres y mujeres,
cada uno es como es,
cada quién es cada cual
y baja las escaleras como quiere.

Pero, puestos a escoger, prefiero
un buen polvo a un rapapolvo
y un bombero a un bombardero,
crecer a sentar cabeza, prefiero
la carne al metal
y las ventanas a las ventanillas,
un lunar de tu cara
a la Pinacoteca Nacional
y la revolución a las pesadillas.

Prefiero, el tiempo al oro,
la vida al sueño,
el perro al collar,
las nueces al ruido
y al sabio por conocer
a los locos conocidos.


2 comentarios:

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

tienes toda la razón. Debe ser más nosotros mismos y no dejarnos llevar por la masa y el pensamiento único. Un abrazo.

Antonio Ruz dijo...

Efectivamente Fernando, en esta sociedad nos intentan guiar en todos los terrenos.

Un saludo.