En aquel tiempo, el dominio de los mongoles se había extendido hasta las llanuras que formaban parte de Ucrania, lo que les llevó a tener numerosos conflictos con la realeza de Rusia, al disputarse la pertenencia de dichas tierras.
A causa de esto, Yaroslav realizó un viaje para encontrarse con el Gran Khan Kuyuk, en compañía de varias personas de confianza entre las que se encontraban un embajador proveniente de Bagdad y algunos sudaneses.
Una vez que se hubieron encontrado en el palacio de Kuyuk, el príncipe fue invitado por la madre de este, Toregene, para compartir una comida en sus aposentos. Esta mujer era conocida en la región por no mostrar un ápice de escrúpulos al tratar de conseguir sus objetivos.
Cuando Yaroslav regresó para descansar en sus habitaciones, cayó repentinamente enfermo y una semana después, fallecía presuntamente envenenado por Toregene. A pesar de que esto no podría aseverarse en aquel entonces, la piel del cadáver del príncipe se había tornado misteriosamente amarillenta, lo que dio motivos de sobra para sospechar de su asesinato premeditado.
Fue así como los mongoles continuaron dominando aquellos territorios de Ucrania, hasta cientos de años después.
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