Un reciente estudio demuestra que
aquellas personas que tienden a ver el vaso siempre medio vacío, es decir, que
son profundamente negativas tienen
un mayor riesgo de sufrir enfermedades
cardiovasculares, por lo que parece que sí, que tomarse las cosas tal y
como vienen y ser optimistas es el mejor remedio para proteger nuestro corazón.
El optimismo y la salud cardiovascular
Este estudio viene a confirmar lo
que era un secreto a voces en la cultura popular: que ver el lado bueno de las cosas ayuda a no llevarnos tantos sofocos
y eso tiene incidencia en la calidad de
vida y en la salud de nuestro músculo más importante: el corazón.
La investigación ha sido llevada
a cabo por un grupo de expertos de la Universidad
de Illinois, en Estados Unidos, y se ha basado en un estudio estadístico de gran alcance, en el que se han analizado más de 10.000 casos de adultos con
edades comprendidas entre los 45 y los
80 años.
¿Cuál ha sido la conclusión?
Pues bien, parece que aquellos
individuos que mostraban unos mayores
niveles de optimismo tenían hasta dos
veces más posibilidades de evitar una enfermedad cardiovascular que las
personas que eran profundamente pesimistas y de hecho parece que este factor es determinante para que
nuestro corazón funcione a la
perfección.
Esta asociación se mantuvo
incluso cuando los investigadores aplicaron una serie de filtros para corregir factores
como la edad y el estatus socioeconómico, a partir de una serie de patrones
como por ejemplo la presión sanguínea,
los niveles de colesterol, el índice de masa corporal o la actividad física.
Por todo esto, ver el lado bueno de las cosas te ayuda a
vivir más y mejora en general el estado físico y mental, permitiéndonos
disfrutar de un corazón fuerte y sano.
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