En la entrada de hoy vamos a
hablar de una red de sensores
inalámbrica que es invisible a tus
ojos y podría en poco tiempo cambiar
por completo la realidad tal y como la concibes. ¿No te lo crees? Sigue
leyendo y descubre todos los secretos de los organismos microelectromecánicos.
Imagina a un médico manejando un pequeño enjambre de sensores a través de tu cuerpo
para detectar cualquier tipo de problema de salud, o quizás a un granjero detectando plagas y otros
parásitos en su cultivo o un general
recopilando información en tiempo real sobre el mismo campo de batalla.
Todas estas cosas se pueden hacer con el polvo
inteligente, el límite lo pone la imaginación de cada uno, por ejemplo, en
no mucho tiempo puede que se empleen para ver si algunos planetas más allá de nuestro sistema solar son habitables.
Smart Dust
El polvo inteligente o Smart Dust está compuesto por unos sensores microscópicos que son capaces de captar desde la humedad y el
movimiento hasta las ondas cerebrales y los expertos advierten que su uso
podría cambiar nuestra relación con el planeta.
Por supuesto, una inversión tan
grande como esta no podría llevarse a cabo si el proyecto en su origen no
tuviera un carácter militar, aunque
sus grandes ventajas permitirán que muy pronto toda la sociedad se beneficie de él.
La idea, aunque no lo parezca, no
es nueva y surgió a principios de los años 90 en el DARPA, que es la Agencia de
Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa de Estados Unidos de
América.
El polvo de la polémica
Y es que claro, unos sensores microscópicos suponen una grave amenaza para la privacidad de
todo el mundo, porque a simple vista es imposible detectarlos, con la consiguiente
paranoia de no saber si te están observando. De hecho, el polvo inteligente
está compuesto por sistemas
microelectromecánicos o MEMS, de un tamaño milimétrico y en la actualidad
se trabaja para reducirlos hasta el
micrómetro, que es la millonésima
parte de un metro.
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