El Papa es elegido por un colegio de cardenales que se reúnen a puerta cerrada en el Vaticano.
La reunión para la elección de un nuevo papa se llama cónclave.
Después de la muerte del Papa, todos los cardenales del mundo menores de 80 años deben viajar a Roma. En la actualidad hay 135 "votantes" en esta situación.
Sin embargo, el proceso de selección no siempre ha sido tan restringido (y pacífico). Nicolás II fue el Papa que instituyó en 1509, un decreto que hacía la participación en la votación exclusiva de los cardenales. Antes de eso, fue el clero y el pueblo quienes señalaban al máximo representante de la Iglesia Católica y las elecciones solían ser mucho más problemática.
Cuando el nuevo pontífice es elegido, recibe un nombre especial para honrar una tradición empezada con el primer líder de la Iglesia Católica. De acuerdo a la historia cristiana, Jesús cambió el nombre de Simón el pescador, uno de sus apóstoles, cuando lo eligió para ser su representante en la tierra, diciendo: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia" Simón se convirtió en Pedro y el Papa cada vez que es elegido indica el nombre que quiera. "La elección del nombre no es una sorpresa para los cardenales", dice el cardenal brasileño Paulo Evaristo Arns, quien participó en los cónclaves que eligieron a los papas Juan Pablo I y Juan Pablo II en 1978.
En la votación de la fe en el humo blanco en el cielo del Vaticano indica que un nuevo nombre ha sido elegido.
1. Cuando el Papa muere (en este caso no), el chambelán, cumpliendo un ritual, toca tres veces la frente del Papa con un martillo y lo llama por su nombre. Si no hay respuesta, se anuncia oficialmente la muerte del Papa.
2. El cónclave comienza 18 días después de la muerte del Papa, el tiempo necesario para que los cardenales de todo el mundo lleguen a Roma. Se encuentran en un edificio al lado de la Basílica de San Pedro y reciban un libro que contiene parte de la vida y la obra de cada uno de los cardenales presentes en el cónclave, todos son candidatos para ser el nuevo Papa.
3. La elección se hace en la Capilla Sixtina, famosa por las pinturas del genio de Miguel Ángel (1475-1564). Cada cardenal indica al colega que quiere poner como papa y la votación (secreta) se realiza. Es difícil que salga uno electo en esta etapa y que reciba dos tercios más un voto. Por lo tanto, se producen varias votaciones, como dos al día, hasta que haya candidatos fuertes que puedan atraer más apoyo.
4. Al final de cada ronda, los votos se cuentan y se queman. Si no hay ningún cardenal que haya llegado a los votos de dos tercios, se queman con una sustancia química que genera humo negro que sale de la capilla. Si la encuesta indica un nuevo Papa, las papeletas se queman con un producto que hace que el humo sea blanco.
5. Cuando un cardenal alcanza los dos tercios más uno de los votos (o una mayoría simple después de 30 votaciones), hay un camarlengo victorioso que accede a ser Papa y el nombre que desea utilizar. A continuación, el chambelán se dirige al mostrador de San Pedro y dice la famosa frase: Habemus Papam, es decir, "Tenemos un Papa".
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