Los animales a lo largo de sus
distintas etapas evolutivas han adoptado
formas muy curiosas y variadas para desplazarse, como alas, tentáculos o
patas, pero ninguna de ellas se acerca remotamente al aspecto de una rueda.
¿Sabes cuál es el motivo de esto? En la entra de hoy vamos a ver la respuesta.
Aunque el diseño de una rueda parece sencillo a simple vista, en
general se trata de un concepto avanzado
que la humanidad tardó miles de años en desarrollar y que ningún sistema
biológico pluricelular ha creado jamás como medio de locomoción. De hecho, las
únicas cosas parecidas a ruedas de las que tenemos constancia son los flagelos de las células procariotas.
Es verdad que existen algunos metazoos que son capaces de desplazarse con un movimiento rotatorio,
pero lo consiguen enroscando todo su cuerpo. Ya cambiando de escala, a una más
próxima al ser humano, los armadillos
son un ejemplo de movimiento circular impulsado por la gravedad, pero para
ello necesitan estar en una pendiente, son incapaces de generar esa energía por
sí mismos.
Toda esta información ha sido
sacada del artículo publicado en el periódico The Sunday Times llevado a cabo por el famoso etólogo Richard Dawkins. En él podemos leer sobre estos complejos
asuntos de la evolución de las especies, que ha ocupado miles e incluso
millones de años de nuestro tiempo.
Y la respuesta a la que ha
llegado es realmente simple: los
animales no han desarrollado ruedas porque no las necesitan, en realidad no
les supone ningún tipo de beneficio a las otras alternativas de las que ya
disponen. Es más, según el estudio generar
el sistema de nervios y vasos sanguíneos necesarios para ello supondría un
grado de especialización tal que convertiría todo este asunto en un problema de gran magnitud.
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