15/10/15

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11 Claves de la Naturaleza Humana y sus constantes conflictos

Los paradigmas de la humanidad


1. SIN SIGNIFICADO


No hemos sido creados por ninguna inteligencia sobrenatural. Estamos aquí por azar como una más de los millones de especies contenidas en la biosfera de la Tierra.

Según parece, hasta el presente estamos completamente solos en el universo próximo. Ambas circunstancias, nos hacen completamente libres. Sabiendo esto, tenemos ante nosotros oportunidades imaginables en épocas anteriores cuando todo estaba condicionado a cosmovisiones supra humanas.


2. FUTURO INDEFINIDO


No hay evidencia de algún propósito en otra vida futura una vez que finalice nuestra vida presente.

Esas nuevas circunstancias nos autorizan a poder aspirar al más grande de los objetivos que nos cabe: la unidad de la raza humana. El único requisito para alcanzar ese estadio es una recta comprensión de nosotros mismos. Es decir, ¿cuál es el sentido o significado de la existencia humana? Según los estudiosos de este tema, ese sentido reside en la épica de las especies que comenzó con la evolución biológica, la prehistoria y que luego pasó a la historia que tenemos registrada.

Caminamos hacia un indefinido futuro. No estamos predestinados para algún fin. Sin embargo, tenemos la oportunidad de decidir qué queremos ser y orientamos en la dirección de conseguirlo.

3. LA CONSTRUCCIÓN COOPERATIVA


Hablar de la existencia humana es aceptar la diferencia entre las humanidades y las ciencias.

Desde el punto de vista de las humanidades, se comprende la condición humana pero no se nos descubre el porqué es algo y no otra cosa. El conocimiento científico es más amplio y determinante: incluye el sentido de la existencia humana y los principios que la integran en el Universo.

La ciencia biológica ha descubierto que la avanzada condición social de los humanos es similar a la que se dio en otras especies del reino animal: la sociología, la rareza que unas pocas especies (la humana entre ellas) encontraron en sus dotaciones para trasladar a sucesivas generaciones la capacidad de evolucionar, paso a paso, a través de la cooperación mutua entre sus individuos.

La evolución de la Raza Humana

4. SORTEANDO LA EXTINCIÓN


La existencia de nuestra humanidad fue un accidente más en la evolución. Fue el producto de casuales mutaciones y la posterior selección natural. Nuestra especie fue el destino de innumerables idas y vueltas del linaje de los primitivos primates del cual han derivado varios cientos de especies, cada una producto de otras idas y vueltas evolutivas.

Podríamos haber acabado extinguidos como un australopithecus (genero extinto de primates homínidos bípedos que habitaron África hace más de 4 millones y que duraron 2 millones) después de haber vivido cientos de años con el cerebro de un mono.

El homo sapiens ha sido el único primate con una inteligencia capaz de crear una civilización propia. Nuestros parientes más cercanos, el chimpancé común y el bonobo (pigmeo), se segregaron de los humanos hace seis millones de años. Desde entonces han pasado aproximadamente doscientas mil generaciones de individuos, tiempo suficiente para que la selección natural haya generado un número muy estimable de cambios genéticos.

5. CONDICIONES DIFERENCIALES


Los pre humanos contaban con ciertas diferencias que les condicionaban hacia lo que fue su evolución. Entre ellas, una primaria existencia arbórea que dio paso a los hábitats en la superficie del planeta, como las sabanas. En épocas posteriores desarrollaron su vida en espacios favorables a la aparición del fuego, lo que dio paso a la aparición de la cocina de los alimentos. Esa rara y afortunada combinación de circunstancias en el proceso evolutivo consiguió dar todas las oportunidades a los primitivos humanos.

Como si de dioses se tratara, los descendientes de aquellos humanos han colonizado y saturado una gran parte del planeta Tierra. Nos hemos convertido, en la mente del planeta, y posiblemente, de toda una parte de la galaxia. Podemos hacer lo que queramos con la Tierra. No nos asusta considerar todas las posibilidades de destruirla mediante algún desastre nuclear masivo o el simple cambio climático.

Los conflictos de la raza humana

6. TODO NOS CONDUCE AL CONFLICTO


Los seres humanos no somos malos por naturaleza. Tenernos suficiente inteligencia, buena voluntad, básica generosidad y espíritu emprendedor como para convertir la Tierra en un paraíso tanto para nosotros como para la biosfera que nos acogió, si nos lo propusiéramos.

Nuestro problema como homo sapiens es que seguimos siendo una especie disfuncional. Según revela nuestro comportamiento, parecemos incapaces de estabilizar algún tipo de gobierno más allá del nivel de una pequeña ciudad.

La gran mayoría de la sociedad en el mundo permanece bajo el yugo de vínculos ideológicos de sentido religioso, conducidos por líderes que reclaman poderes sobrenaturales para premiar la fe y la obediencia de los adictos.

Seguimos sucumbiendo a conflictos tribales, desde nuestra agnación con meros objetivos deportivos hasta los trágicos vínculos de carácter étnico o religioso que nos dominan. Continuamos agrediendo a nuestro entorno, que nos ha cobijado hasta ahora.

7. SOMOS UNA ESPECIE INMADURA


La innata disfunción de nuestra especie hace que encontremos extraño preocupamos de otros individuos más allá de la propia tribu o país o generación. Nuestros líderes religiosos, políticos, económicos, en su mayoría siguen tratando de promover la aceptación a las explicaciones sobrenaturales de la existencia humana.

Incluso aquellos de esos líderes que son escépticos en su privacidad, tienen muy poco interés en enfrentarse públicamente a las creencias populares.

Parte de la disfunción los expertos la atribuyen a que nuestros cerebros están pobremente articulados. El legado que recibimos, primero de la era pre humana y después del largo paso por el Paleolítico, fue un humilde origen que enseguida se revela en las muchas limitaciones de nuestra red neuronal.

La raza humana, una especie aun inmadura

8. EL INDIVIDUO Y EL GRUPO


Los expertos encuentran la cadena de causas de nuestra naturaleza en los diferentes niveles de organización en los que opera la selección natural. El egoísmo unipersonal dentro del grupo proporciona beneficios para el individuo, pero normalmente resulta destructivo para el grupo.

Cuando el individuo es altruista y cooperativo puede perder oportunidades individuales, pero aumentan las colectivas.

Simplificando como “pecado” la selección individual y como "virtud" la selección del grupo, el resultado es un estado interno de permanente que nos afecta a la gran mayoría; no es una irregularidad sino una constante de nuestra naturaleza.

9. ESENCIALMENTE CONTRADICTORIOS


El conflicto creado por- esos dos vectores opuestos y contradictorios en la selección natural, está impreso en nuestra estructura neuronal, sin posibilidad de ser borrado.

Tal tipo de conflicto no lo podemos encontrar en un águila, por ejemplo, cuyas estructuras se formaron a través de la selección natural individual, o una hormiga, cuyas características se forjaron a través de la selección de grupo.

Nuestra mente, sus emociones y sentimientos, son una permanente confrontación de orgullo, agresividad, competitividad, ira, tribalismo, valentía, empatía, patriotismo, amor... Todos los humanos somos nobles e innobles según los casos y algunas veces de modo simultáneo. La inestabilidad de las emociones es una condición que deberíamos desear que permaneciera en nosotros: es la esencia de nuestro carácter.

Debemos buscar un recto razonamiento, pero sin olvidar que partimos de una contradicción que no es fácil de domesticar.

En Estados Unidos aun hay muchas personas que no creen en la Evolución

10. CREENCIAS DOGMÁTICAS


Esas características innatas de nuestra vida social con aspectos destructivos, deben ser consideradas como una especie de parásitos que se han alojado en nuestro organismo. Un ejemplo sería la fe en una creación sobrenatural de la especie que todavía sobrevive en gran parte de la humanidad.

Un 46% de los ciudadanos de Estados Unidos cree que la evolución no ha existido. Este enorme grupo en el país más relevante del mundo considera virtud ignorar un proceso probado científicamente. Buena parte de la especie vive ajena a su propio origen.

Hay muchas otras disfunciones arcaicas. Lo más importante es la creencia de que las dos grandes vías del conocimiento -la ciencia y las humanidades- son independientes la una de la otra y que cuanto más tiempo permanezcan así será mejor.

11. LA SERENIDAD CREATIVA


Los descubrimientos de la ciencia v la tecnología; que han cambiado nuestra vida material de forma atropellada e inimaginable, llegarán a un período de pausa en el que se disfrutará y compartirá ese conocimiento, acumulado de forma tan acelerada.

Mientras se alcanza esa fase de serenidad en la vertiente científica y tecnológica, la evolución y diversificación de las humanidades continuará indefinidamente.

Si hubiera un alma en nuestra especie, viviría en las humanidades. Esa enorme vertiente del conocimiento humano -incluyendo las artes creativas y la función de estímulo y crítica por parte de los estudiosos- está todavía frenada por las limitaciones sensoriales en las que se mueve la especie humana: somos individuos primariamente audiovisuales e ignorantes de los restantes sentidos, en los que otras especies han alcanzado sensibilidades que nos superan.

Ciencia y humanidades son fundamentalmente diferentes pero complementarias. Si algún día conseguimos unir las capacidades de ambas, la existencia humana entrará en un proceso de perfeccionamiento hasta ahora desconocido en la historia. La única gran esperanza es nuestra capacidad de reflexión que es capaz de conseguir llevar a cabo dicho objetivo.




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