Es complicado rastrear en la
historia los orígenes del boxeo, o
al menos del boxeo moderno con las reglas que tiene este deporte en la
actualidad. Sin embargo, en la segunda
mitad del siglo XIX encontramos ya las primeras menciones a las reglas por
la que este noble arte se conoce a día de hoy.
El boxeo en la antigüedad
El boxeo o al menos algo parecido
ya se practicaba en la antigüedad y de hecho era una de las tantas disciplinas en las que se competían en los Juegos
Olímpicos. En concreto, fue introducido en el siglo VII antes de Cristo, tal y como consta en los textos. Se sabe
que en la cultura minoica de la isla de Creta (la misma de donde viene la
leyenda del minotauro) se practicaba sobre el
1.500 a.C. un tipo de lucha similar al boxeo.
Esto lo podemos ver representado
en el fresco que se conoce vulgarmente como el “fresco de los púgiles” que fue encontrado en Santorini y donde podemos contemplar a unos luchadores con
protecciones en las manos que nos recuerdan mucho a los guantes que se usan
actualmente.
El boxeo en la edad moderna
A principios del siglo XVIII el boxeo era un deporte que
se llevaba a cabo a puño limpio, sin ningún tipo de protección por parte de los
luchadores y comenzó a extenderse a medida que lo hacía el Imperio Británico.
No fue hasta 1743 que el luchador Jack Broughton introdujo una serie de
normas, una especie de código destinado
a que los pugilistas no sufrieran lesiones fatales, que por cierto era algo
bastante frecuente.
Y finalmente en 1867 John Graham Chambers estableció las Doce Reglas del Boxeo,
que determina entre otras cosas la dimensión del ring, la obligatoriedad de
llevar unos guantes acolchados y la famosa cuenta de los 10 segundos.
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